Doña Urraca I de León y Castilla



Fue la primera hija de Alfonso VI y de su segunda esposa Constanza de Borgoña. Nació, se cree, hacia 1079 y falleció en Saldaña el 8 de marzo de 1126. Poco se sabe de la infancia de la princesa, que debió transcurrir acompañando a la corte itinerante de su padre el rey Alfonso. El nacimiento de su medio hermano Sancho en 1093, la apartó de la línea sucesoria.

Su padre la casó con Raimundo de Tolosa en virtud de las alianzas existentes con el condado de Borgoña,  en el año 1090 nada mas alcanzar la infanta la edad núbil, y le dio los condados de Portugal y Galicia. Para esto el rey tuvo que esperar el fallecimiento de su hermano Garcia I, ocurrida en esa misma fecha. De esta unión nacieron dos niños, Alfonso Raimúndez, mas tarde Alfonso VII, que fue educado en Galicia desde los dos años y Sancha. Doña Urraca tuvo una estrecha vinculación con esta tierra, primero por el titulo y luego por la aparición en escena de un personaje importante en la corte castellana: Diego Gelmirez, cuya admiración por al orden del Cluny le acerca a Raimundo de Borgoña que lo nombra vicario de la diócesis de Compostela, su secretario y notario del reino
El obispo Gelmirez

Muerto su esposo en 1107, Alfonso VI  la casa con el rey de Aragón Alfonso I y le deja al morir los reinos de León y Castilla. (Esto sucede al morir el príncipe Sancho hijo del rey y de una de sus concubinas “La nimia Pulchra Zaida” de los romances, hija de Muhammad II, rey taifa de Sevilla. El infante muere siendo un niño a manos de los musulmanes victoriosos de la batalla de Uclés).
 La unión no dio los resultados políticos deseados, pues aunque la burguesía apoyó al aragonés, los nobles en general y la mayoría del clero se le opusieron ya que pretendían que el elegido fuera  el conde de Candaspina.
Alfonso el Batallador, a la muerte del rey Alfonso VI y ante los temores de que su matrimonio con Urraca fuera anulado ya que eran primos segundos, entrega las plazas castellanas mas importantes a aragoneses de su séquito, leales a su causa. Esto enciende la mecha de la secesión en Galicia donde el conde de Traba reclama la independencia pretendiendo el trono para Alfonso VII de quien era tutor.
Alfonso el Batallador  se dirige al frente de su ejercito hacia Galicia y restablece el orden. Pero la rebelión gallega fue solo el comienzo de una serie de conflictos políticos y guerreros agravados por el fuerte carácter y la antipatía mutua de los monarcas, que sumirían al reino en un grave clima de guerra civil.
Se distinguen dos facciones: una integrada por la baja nobleza y las grandes ciudades que bordean el Camino de Santiago, que apoya al rey; otra, integrada por la alta nobleza y el clero, partidarios de la reina. Estos trabajarán para que el  Papa anule el matrimonio de los reyes declarándolo incestuoso al ser parientes. Urraca se separa de Alfonso e ingresa en el monasterio de Sahagún. El rey aragonés la encierra en la fortaleza de El Castellar y arremete contra las ciudades castellanas leales a la reina. El conde Gómez González la libera y Urraca busca amparo en el castillo de Candaspina  con cuyo conde tuvo un hijo.
Firma de Doña Urraca
(Tambien tuvo otros dos hijos, Elvira y Fernando, con el conde de Lara, con quien quiso casarse, pero cuya unión no aceptaron los nobles castellanos. Don Pedro de Lara fue encerrado en el castillo de Mansilla).

Hasta alli la sigue el Batallador y con el apoyo de las tropas de la hermanastra de la reina, condesa de Portugal, obtiene una amplia victoria en la batalla de Candaspina. Sin embargo Alfonso no les cede Toledo, como pretendían, eso hace que Teresa trate de reconciliarse con Urraca, pero esta le tenía tanto odio que prefiere el arreglo con Alfonso I y los monarcas se reconcilian. Por poco tiempo, ya que la aceptación por parte de la reina de la coronación de su hijo Alfonso VII como rey de Galicia en Santiago, desata las iras de Alfonso y una nueva guerra entre los reyes a lo largo de 1112 que termina con una tregua que se rompe al año siguiente cuando la reina, apoyada por tropas gallegas sitia Burgos. Alfonso I, bastante harto, la  repudia  ( Palencia 1114) con los mismos argumentos que habían empleado antes sus enemigos, y se retira a Aragón.

Esta retirada no supone la desaparición de los conflictos, ya que estos surgen de nuevo en Galicia, donde en 1115,  Traba y Gelmirez  desean aumentar la autonomía de Alfonso como rey independiente de Galicia. La reina decide apartarle de la influencia de su tutor para lo cual, se dirige a Santiago y cerca la ciudad. Gelmirez y el conde  de Traba pactan con la reina. En 1117 Urraca consolida la relación con los leales a su hijo firmando el Pacto de Tambre, en el que reconoce los derechos de Alfonso para sucederla en el trono.
Todavía tuvo otra escaramuza con el conde de Traba en el 1120 y una mas con su hermana Teresa en 1121, a la que repelió atravesando el Miño y venciéndola  en Lanhoso, logrando que la reconociera como soberana.

Panteón de reyes de San Isidoro
Sus últimos años son poco conocidos. Se sabe que falleció en 1126 en el castillo de Saldaña (Palencia). Esta enterrada en el Panteón de Reyes de San Isidoro de León. Ese mismo año su hijo Alfonso llegado de Galicia, es coronado como rey de León y Castilla con el nombre de Alfonso VII.



Bibl: Antonio J. Onieva: Mujeres españolas.
Salvat: Doña Urraca I
Jaime de Salazar : Urraca.

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