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El Califato de Córdoba

Califato, año 1000


Tras la rápida ocupación de la Península  Ibérica por parte de los árabes, ésta se convirtió en una nueva provincia- AL-Andalus- del Califato Omeya de Damasco. Al frente de este territorio se colocó un emir o gobernador que actuaba como delegado del Califa.
Desde el principio hasta el 756, Al-Andalus fue un emirato dependiente de Damasco, cuyo primer emir o príncipe fue Abd al Aziz  ben Musa casado con Egilona la viuda de don Rodrigo muerto en la inútil defensa de su reino.

A mediados del siglo VIII ocurrió un hecho clave: La dinastía Omeya fue victima de la revolución Abasí, una nueva familia que se adueñó del califato. Un miembro de los derrotados Omeyas, logró escapar refugiándose en Al-Andalus, donde gracias al apoyo encontrado se proclama emir. Era Abd-al Rahman I (756-788), con quien comenzó el periodo conocido como emirato independiente, puesto que terminó con la dependencia política de los califas abasíes, que habían establecido su sede en Bagdag. Sin embargo Al-Andalus siguió reconociendo al califa abasí como líder espiritual.

Abd-al-Rahman I fijó la capital del emirato en Córdoba e inició la construcción de un estado independiente. Para ello necesitaba ingresos económicos y un gran ejercito para sofocar las posibles revueltas de sus enemigos. El desafío al poder central cordobés fue una constante en las grandes familias nobles de las regiones de Al-Andalus.
La Mezquita de Córdoba
 En 929 un nuevo emir Abd-al-Rahman III, decide proclamarse califa y con ello jefe religioso. “Nos parece oportuno que de ahora en adelante seamos llamado príncipe de los Creyentes”, escribía en una carta a sus gobernadores.
El califa cordobés residía en el Alcazar al lado de la Mezquita. Unos años después de su autoproclamación ordena construir, al oeste de al capital, la impresionante ciudad palacio de Medina Azahara, convertida en el centro del poder político de Al-Andalus.

Abd-al- Rahman III fue un buen militar y un hábil político que trató de constituir una monarquía árabe absoluta y poderosa. Sujetó a los jefes berberiscos reprimiendo con energía cualquier movimiento de insubordinación. Luchó contra los cristianos, apoderándose de varias de sus ciudades, llegando hasta las comarcas del Ebro y el Duero. Aunque los cristianos, especialmente el rey de León, también le derrotan en varias ocasiones.
Medina Azahara, Puerta del Primer Ministro

En aquella época Córdoba era una de las mas importantes ciudades del mundo. Contaba con medio millón de habitantes, empedrado en sus calles, alumbrado público, servicio de aguas y un sinfín de monumentos. El califa creó un gran ejercito y una marina de guerra poderosa. Además protegió la agricultura, la industria, la literatura y la enseñanza.

 El califato fue, en su tiempo, el centro político de Europa.
Su hijo Alhakem II, se distinguió por su amor a los libros reuniendo en Córdoba una biblioteca de 400.000 volúmenes manuscritos.
En tiempos del califa Hisham II surgió un caudillo Al-Mansur o Almanzor, autentico señor de Al- Andalus,  que se dedicó a hacer la guerra compulsivamente a los cristianos del norte. Fue ocupando todas y cada una de sus ciudades. Nada menos que 56 razias realizó Almanzor entre 978 y 1002.
Medina Azahara, cerámica
Al fin unidos los reyes de León, Castilla y Navarra le vencen en Calatañazor.

La fitna  (Guerra civil) comenzó en 1009 con un golpe de estado que supuso el asesinato del hijo de Almanzor, la deposición de Hisham II y el ascenso al poder de un bisnieto de Abd-al-Rahmam III, Muhammad ibn Hisham. A lo largo del conflicto los diferentes contendientes llamaron en su ayuda a los reinos cristianos, Córdoba fue saqueada en varias ocasiones y Medina Azahara destruida. La capital fue trasladada temporalmente a Malaga. Los califas se suceden y en medio de un desorden total se van independizando paulatinamente las taifas. El último califa Hisham III fue depuesto en 1031 y proclamada la república en Córdoba. En ese momento todas las coras (provincias) de Al-Andalus que aun no lo eran, se proclaman independientes.

La caída del califato supuso para Córdoba la pérdida definitiva de la hegemonía de Al-Andalus y su ruina como metrópoli.
Medina Azahara, La cierva

Bibl: Levi-Provençal, E.:España musulmana
Sanchez Albornoz, C.; La España Musulmana

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