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Federico II Hohenstaufen

Federico II con un águila



Es una de las figuras mas interesantes de la historia universal. Fue un hombre de cualidades extraordinarias, poseedor de una gran cultura y de un carácter excéntrico, diferente de los hombres de su época y muy adelantado a ellos en todos los sentidos. Esta personalidad, tan poco convencional, le llevaba a romper de continuo con los modos y costumbres de la época. Por esta razón se le apodó en vida stupor mundi. Sus continuas desavenencias con el papa, le valieron también el apodo de anticristo.

Nació en Jesi el 26 de diciembre de 1194. Emperador de Alemania, rey de Sicilia y duque de Suabia. Fue hijo de Enrique VII y de Constanza de Altavilla y nieto de Federico I, Barbarroja. Huérfano a muy temprana edad su tutela fue confiada al papa por su madre, la muy católica reina Constanza. En 1208, una vez fue mayor de edad reunió bajo su mando Sicilia, Apulia y el ducado de Suabia. En 1211 le fue ofrecido el titulo imperial por varios príncipes, tras deponer a Otón IV de Brunswick. Otón había sido coronado por el papa Inocencio III en 1209 con la esperanza de terminar con la hegemonía de la casa Hohenstaufen, debido a la enemistad del papado con Enrique IV y con Federico Barbarroja al chocar las pretensiones imperiales de la Casa alemana con las papales que pasaban por crear en Europa un gobierno teocrático central con el papa a la cabeza.
Tras imponerse a Otón en Bouvines (1214) es proclamado emperador en 1216 y coronado en Roma en 1220.
Intentó fortalecer el Sacro Imperio restableciendo la unidad mediterránea mediante la tolerancia religiosa y la independencia del poder imperial frente al religioso. Para ello contó con el apoyo de los gibelinos, sobre todo en las provincias de Pisa y Pavía, pero los güelfos se pusieron del lado de la política teocrática del papa. Así quedó planteada la lucha por el llamado dominium mundi.[1]
En 1227 fue excomulgado por Gregorio IX por aplazar la cruzada que emprendió en 1228, fruto de la cual surgió el condominio cristiano-musulmán en Jerusalén. Esto desagradó al papa, quien en represalia conquistó Nápoles; plaza que fue reconquistada por el emperador a su regreso.
Federico II acuerda la reconciliación con el papa por el Tratado de san Germano (1230) y Gregorio IX le levanta la excomunión.
Mas adelante un levantamiento comunal, obliga al papa a pedir apoyo al emperador quien le ayuda a someter a los romanos. Por su parte y en justa  correspondencia, el pontífice excomulga a Enrique, duque de Austria y primogénito de Federico, que había acaudillado una rebelión de las ciudades alemanas en coalición con las lombardas. Tras esta victoria, Federico impone la elección de su segundo hijo Conrado y confisca los dominios del ducado de Austria, con lo cual pacifica Alemania.
En Italia, derrota en Cortenuova a las milicias lombardas por lo cual Gregorio IX vuelve a excomulgarle. Su sucesor  Celestino IV, tras la efímera paz de Letrán, depone al emperador en el concilio de Lyon (1245).
Cuando Federico II se encamina hacia allí debe enfrentarse a una rebelión güelfa en Parma, donde fue vencido. Al mismo tiempo estalla una guerra civil en Alemania que termina por consolidar la fragmentación del país y el poder de los señores feudales y de las ciudades. Todo ello acabó definitivamente con la idea imperial europea.
Federico II vivió casi siempre en Italia rodeado de artistas, literatos, astrólogos y filósofos. El era buen músico y trovador. Hizo traducir las obras de Aristóteles, fundó la universidad de Nápoles y protegió las escuelas de Mesina y Palermo. Con Las Constituciones de Melfi (1231), dotó a Sicilia de un moderno sistema jurídico y administrativo de carácter absolutista.

Federico casó tres veces. Su primera esposa fue Constanza de Aragón y Castilla, hija de Alfonso II de Aragón, varios años mayor que Federico. De esta unión nació Enrique II de Suabia, rey de romanos.
La segunda fue Yolanda de Jerusalén, reina de Jerusalén. Con ella tuvo a Conrado IV, rey de romanos.
Su tercera esposa fue Isabela de Inglaterra, hija de Juan de Inglaterra. Tuvieron una hija: Margarita de Sicilia.
El emperador tuvo dos hijos legítimos con Bianca Lancia y tres mas, ilegítimos, de tres madres diferentes.
Federico II,  fallece en Castel Fiorentino el trece de diciembre de1250.


Sarcófago de Federico II en la catedral de Palermo 
Bibl:Salvat4: Emperadores Sacro Imperio


[1] Güelfos y gibelinos: estos términos proceden de los italianos guelfi y ghibellini, con los que se designan dos facciones que apoyan en Alemania, respectivamente, a la casa de Baviera (los Welfen, pronunciado güelfen y de ahí la palabra)  y la casa de los Hohenstaufen de Suabia, (señores del castillo de Waiblingen y de ahí la palabra gibelino). Su contexto histórico era el conflicto secular entre el Pontificado apoyado  por los güelfos y el Sacro Imperio Romano Germánico, apoyado por los gibelinos. Esto es, los dos poderes que se disputaban el dominium mundi.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Excelente entrada, enhorabuena. Para los interesados en la apasionante figura de Federico II Hohenstaufen, Stupor Mundi, en esta novela se hace una rigurosa reconstrucción histórica de su ascenso y caída:
https://www.ultimalinea.es/munoz-chapuli-ramon/114-el-sueno-del-anticristo-9788416159918.html

Maria Jose Mallo dijo...


Gracias por su comentario. Mucha suerte con la novela.